Cada cuatro años la ilusión de 32 países del mundo -previamente elegidos por méritos propios(*)- emerge de las sombras para situarse en un balón sobre un país sede. Esa luz de esperanza tardará 30 días en elegir a uno solo y mientras eso sucede la pasión y emociones de todo el esférico mundo palpitan con singular alegría.
Y es que en el fútbol no son sólo 22 personas tras una pelota, es una emoción indescriptible que muchos sentimos aunque estemos a miles de kilómetros de distancia, una breve festividad entre lo cotidiano de nuestra vida, nuestra propia esperanza, nuestra propia historia.
Al final serán 30 días de plegarias, lágrimas, abrazos, goles e ilusión latente. Al final todo se resume en un rectángulo verde que une al mundo por 90 minutos, sacándonos de esta mortífera cotidianidad que tendremos que llevar otros cuatro años antes de que este juego nos vuelva a atrapar.
*Francia NO >=(
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