Y es que a veces necesitamos que nos digan la verdad así de fuerte, que nos empujen, que nos abran los ojos.
Rocky Balboa es una excelente secuela que cierra dignamente la historia del boxeador que como no pudo usar su cerebro utilizó el cuerpo, esta escena es una calca de las cosas que mi padre me diría -y que a veces lo hace-.
«Voy a decirte algo que ya sabes.
El mundo no es brillo de sol y arcoíris, es un lugar malo y despreciable, y no importa lo fuerte que seas te pondrá de rodillas y te dejará ahí permanentemente si se lo permites. Ni tu ni yo ni nadie golpea más fuerte que la vida. Pero no se trata de que tan duro golpees, se trata de cuan duro te peguen y puedas seguir adelante. ¡Así es como se gana!, Si sabes lo que vales sal y buscalo, pero tienes que estar dispuesto a soportar los golpes. Y no acusar a nadie diciendo que no eres lo que quisieras por culpa de él o ella o de nadie. ¡Los cobardes hacen eso y tú no lo eres, tú eres mejor que eso!.»
No hay palabras que puedan reprochar tremenda lección.
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