A veces las relaciones no terminan como quisiéramos, a veces los disgustos e impulsos de un segundo nos llevan a tirar todo por la borda cuando un simple gesto o palabra elocuente podría haber solucionado o aligerado la carga, tal vez sea nuestro orgullo a no querer decir palabras que consideramos banas o triviales y sin embargo nada lo es. Un pequeño momento puede cambiarlo todo.
Después paramos, rebobinamos la cinta y pensamos, ¿qué hubiera pasado sí..? pero ya no importa, el tiempo perdido no vuelve, las palabras dichas no se arreglan, todo pasa, todo queda. Pero a veces puede darse la oportunidad de resolverlo, de repararlo y es increíble.
Claro que nos equivocamos siempre, lo maravilloso es saber aceptar cuando lo hacemos y aclararlo.
-Ojalá te hubieras quedado.
-Yo digo lo mismo, ojalá me hubiera quedado, ojalá hubiera hecho muchas cosas, ojalá. Ojalá me hubiera quedado en serio.
-Bajé las escaleras y ya te habías ido.
-Salí, salí por la puerta.
-¿Por qué?
-No lo sé, me sentía como un niño asustado, era más de lo que podía manejar, no lo sé.
-¿Te asustaste?
-Sí, pensé que sabías eso de mi. Regresé corriendo a la fogata para huir de mi humillación, creo.
-¿Fue por algo que dije?
-Sí. Dijiste 'entonces vete', con mucho desdén sabes...
-Lo siento.
-Está bien.
-¿Joel y si te quedaras esta vez?
-Salí por la puerta, ya no quedan recuerdos.
-Regresa y crea un adiós por lo menos, finjamos que tuvimos uno.
-Bye Joel
-I love you.
-Meet me in Montauk...
Tweet |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu comentario siempre será bienvenido, sólo procura no firmar como 'anónimo'. Gracias