Ahora que tengo tu atención, comenzaré, jaja.
Hay muchas formas de hacer publicidad, de eso no hay duda, campañas que se llevan a cabo con inversiones de miles de pesos o dólares en despliegue creativo, equipo, materiales, fotografías, modelos y mucho más; sin embargo, a veces una sóla idea basta. A las librerías gandhi les ha funcionado durante casi 9 años. ¿La fórmula? Un simple fondo amarillo y tipografía en negro con una frase relativamente corta y listo.
A simple vista parece muy simple, pero en realidad no es así, el mensaje que da cada espectacular es contundente, recordable, rápido y eficaz. Un gran acierto es la elección del poco texto. [tal vez en el estudio previo se llego a la conclusión de a la mayoría de las personas no les gusta leer, jaja], muchos mensajes recurren al humor o situación política social del país y es ahí en donde obtiene los éxitos y más aún si añadimos que la idiosincracia del mexicano suele ser sarcástica o burlista.
Pero bueno, a lo que vamos, dejar de decir boludeses técnicas y es hora de mostrar el resultado final. Está claro que ha funcionado, si lo han seguido utilizando por 8 años no pudo ser fracaso.
Ésta es una serie de espectaculares lanzado en 2001, con la característica de que la frase está sobre fondo blanco. Para los demás medios (prensa, separadores, postales, bolsas) se utilizó exactamente la misma estructura.
Separadores:
Postales: En este medio se manejó algo diferente, se toman sólo signos de la escritura para promover la lectura sobre un tema específico.
Prensa: Frases más largas.
Bolsas: Hacen alusión a lo que llevas dentro ;)
Y eso es todo por hoy, habrá segunda, tercera y hasta cuarta parte.
Saludos!
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estos de gandhi si que le dieron al clavo con su publicidad...
ResponderBorraraun asi no me haran leer... jajjajajja
saludos!!!
Jajajaja, chale, pues en mi ya surtió efecto y empiezo a retomar mis libros, además de querer comprar uno extrañamente. ¡Maldita persuasión! haha.
ResponderBorrarJajajaja, chale, pues en mi ya surtió efecto y empiezo a retomar mis libros, además de querer comprar uno extrañamente. ¡Maldita persuasión! haha.
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