A estas horas, haces falta... Jaime Sabines a 10 años.

Yo conocí ~~poeticamente hablando~~ a Sabines un poco antes de su muerte, clases de español en la primaria, repasos en el libro de lecturas.

Aunque fue en 1° de secundaria, en esa aula que me trae tan malos recuerdos con un profesor de español dedicado y lleno de ideas nuevas que lo leí, comprendí y declamé.
Entre versos y más versos de aquella clase, me fuí metiendo un poco en la poesía, realmente en esos tiempos de adolescencia no me interesó mucho, ahora es pilar de mi forma de ser.

Cuando uno descubre el amor, la poesía es parte fundamental, y con Sabines, lo que duele, hasta duele mejor. Como olvidar "Me doy cuenta que me faltas", "Te quiero a las diez de la mañana" o "No es que muera de amor" por citar algunos poemas.

Pero entre mis favoritos no se habla de un amor perdido, entrañable, o inconsolable, los poemas que mas me han gustado de este señor son "Me encanta Dios" y "Cuando tengas ganas de morirte"

El primero un juguetón poema sobre su cosmovisión de Dios que en algunas partes comparto con él.

Me encanta Dios

Me encanta Dios. Es un viejo magnifico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna y nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero eso a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Bing Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los anbióticos- ¡bacterias mutantes!
Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.
Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira.
Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja.
Dios siempre esta de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.
A mi me gusta, a mi me encanta Dios.
Que Dios bendiga a Dios.

El segundo es la neta, un simple y directo gesto de verdad, tremendo, escalofriantemente bueno.

Cuando tengas ganas de morirte

Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y veras que hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.

Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya.

Jaime Sabines, fue uno de los poetas mexicanos más populares del siglo XX -si no el que más- y 10 años después de su muerte, el 19 de marzo de 1999, sus versos no se han olvidado. Quizá por eso la acumulación de iniciativas que desde hace días recuerdan la figura de Jaime Sabines ha roto las paredes académicas para buscar a los lectores que no han dejado de leerlo y a quienes, sin haber abierto ninguno de sus libros, tienen integrado a Los amorosos y Tarumba en su memoria sentimental.

En el colectivo Licuado Visual nuestra primera convocatoria fue sobre este poeta con muy buenos resultados. Incluyo el mío a continuación: